Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1893-1894 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 6 de abril de 1893
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 2, 20
Tema: Reglamento que ha de regir hasta que el Congreso se constituya

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Si el Sr. Salmerón cree que yo voy a levantarme incomodado por las palabras que acaba de pronunciar, se equivoca S. S.; pues más que disgusto y sentimiento, me producen cierta risa? (El Sr. Salmerón: Lo trágico produce a veces risas.) Como que de lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso, y me parece que S. S. lo ha dado esta tarde. (El señor Salmerón: Muchas gracias; quedo reconocido a la seriedad de su juicio.) No hago más que contestar a las frases extemporáneas que S. S. ha pronunciado aquí, faltando a todo respeto, a todos los deberes y a los preceptos de las leyes. (El Sr. Salmerón: ¿De qué leyes?) De la Constitución y de otras leyes que no respetáis. (Aplausos), que las holláis. ¿Qué significa eso de combatir ahora el juramento? ¿Quiere S. S. echar por tierra el reglamento que nos rige, y todavía no estando conforme con eso, quiere acabar también de un solo golpe con la ley del juramento? ¿No sabe S. S. que el juramento está instituido por una ley? (El Sr. Salmerón: ¿Por qué ley, para el Congreso?) Por una ley hecha en Cortes, por el Reglamento? (El señor Salmerón: ¿En qué quedamos?) Lo que hay es que el precepto legal lo han llevado los legisladores, en uso de su derecho, al reglamento; pero es un precepto legal, Sr. Salmerón. Y es más: no respetáis tampoco la ley electoral, por la cual tanto habéis combatido. (El Sr. Salmerón: ¿Dónde está el juramento en la ley electoral?) Yo se lo voy a decir a S. S., recordándole una de las obligaciones con que ha venido al Congreso, y que está en la ley electoral, que S. S. ha olvidado, como lo olvida hoy todo. (El Sr. Salmerón: Siento no disponer de la memoria de S. S.) Pues yo tendré el gusto de refrescársela a S. S. muy a menudo, porque tal como S. S. empieza, juzgo que dará ocasiones para ello? (Risas)

Dice el art. 4º de la ley de sufragio universal:

 "Haber sido elegido y proclamado electo en un distrito o colegio electoral, o en el Congreso, con arreglo a las disposiciones de esta ley y a las del Reglamento del mismo Cuerpo. "

El Sr. AZCÁRATE: ¡Qué gloria! Eso es precisamente lo que pedimos. (Rumores)

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Luego, como veis, el reglamento está sancionado por una ley, que es la ley del sufragio universal.

El Sr. AZCÁRATE: Pero el Reglamento que deba regir? (Rumores.)

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pero, Sr. Azcárate, señor catedrático de Derecho, ¿no quiere esto decir que ha de haber un reglamento preexistente? Luego lo hay.

El Sr. AZCÁRATE: Si S. S. recordara lo que ha pasado alguna vez siendo S. S. Diputado y estando en estos bancos?

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Recuérdelo S. S.

El Sr. AZCÁRATE: ¿No ha oído S. S. que unas Cortes Constituyentes hicieron esto que pedimos?

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta):Pues, Sres. Diputados, guardad todos vuestros bríos para cuando vengan las Cortes Constituyentes. (Muy bien, en los bancos de la mayoría)



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